jueves, 25 de noviembre de 2010

La xenofobia como programa electoral

En las últimas elecciones generales de 2007, el partido popular se empleo a fondo en el uso indebido de los inmigrantes en la campaña electoral.El primer partido de oposición incluyo en su programa el contrato de integración para inmigrantes, se trataba de una propuesta que consiste en obligar a los inmigrantes que quieren residir legalmente en España o renovar su residencia, a firmar un contrato llamado de “integración” donde el inmigrante se compromete a conocer los usos y costumbres de los españoles, respetar las leyes españolas, y cumplir con sus deberes legales.
Desde luego no ha sido el objetivo del PP garantizar el cumplimiento de la ley por parte de los inmigrantes, que en definitiva están obligados como cualquier otro ciudadano español de cumplirla por imperativo legal, con el agravante de que los inmigrantes autores de cualquier infracción por pequeña que sea, corren el riesgo de ver denegada su autorización de residencia. De por si, la ley actual de de extranjería deja a los inmigrantes en posición de inferioridad en el disfrute de sus derechos, y les obliga a cumplir con sus obligaciones si quieren conservar su residencia en España, además de pagar las consecuencias que paga cualquier ciudadano por el incumplimiento de la ley.

De nuevo, tanto el PP como otros partidos en Cataluña, encuentran en el inmigrante “cabeza de turco” en la situación de crisis que vive España, y vuelven a mover el fantasma de la amenaza inmigrante con fines puramente electorales. El uso indebido y inmoral de los inmigrantes con o sin campaña electoral es inaceptable, mucho mayor la inmoralidad y casi roza a la ilegalidad el inventar juegos y videos que presentan a estos humanos como bichos malignos dignos de cazar y limpiar; La patética imagen de la líder del PP catalán cabalgando en gaviota gigante, cargando a “Humanos ilegales” es además de indignante, una incitación al racismo, es una imagen que insinúa limpieza.. y lo peor es que el mismo texto que presenta el juego electoral habla de limpiar Cataluña de los males que padece.

Me cuesta pensar - supongo como muchos demócratas, incluso en el PP- que un partido democrático, el primero de la oposición, y posible alternativa de gobierno a nivel nacional, pueda entrar en este peligroso juego por el mero objetivo de ganar un puñado de votos.

Las instituciones Europeas encargadas de la lucha contra el racismo se han manifestado varias veces contra el uso agitador de la inmigración en las campañas electorales, el Ecri (Comisión Europea contra el racismo y la xenofobia) ha tomado nota con mucha preocupación de este uso en España y en Cataluña; En Concreto y después de la polémica del empadronamiento de inmigrantes irregulares en Vic, el Ecri se intereso muy en serio por esta situación y lo incluyo en el brefing de su visita a España a principios de este año en el marco de la preparación del próximo informe sobre la situación del racismo en España.

A mi modesto juicio, no hay duda que el modelo de la integración multicultural ha fracasado en toda Europa, es algo que reconoce hasta la propia Canciller de Alemania, es un debate abierto ya en todos los países europeos y incluso en Cataluña donde tanto sectores de la derecha democrática como de la izquierda plantean como urgente, y muchos recuperan la interculturalidad como modelo de integración y de construcción de un proyecto común de sociedades europeas. Los ciudadanos españoles y catalanes cada vez manifiestan más interés por el hecho migratorio, son o somos - se me lo permite la candidata del PP en Cataluña- consientes de la importancia de este debate, pero un debate serio, sereno, sin crispación y mucho menos manipulador y demagogo ,es de todo acierto la declaración del candidato de CIU al advertir que “quien juega con fuego puede quemar los dedos”, yo diría que este semejante fuego puede quemar la paz social y el modelo de sociedad democrática y moderna, que entre todos/as hemos construido, incluidos los/as inmigrantes.

Por último, a los que agitan la bandera del miedo mediante campañas xenófobas y racista, a los que utilizan indebidamente la inmigración para desinformar y manipular la opinión de una sociedad muy afectada por la crisis económica, a los que al parecer no tienen soluciones que ofrecer a la ciudadanía catalana, les recuerdo que muchos inmigrantes disfrutan hoy de la nacionalidad española, otros como los latinos mantienen la doble nacionalidad y otros se integraron en la sociedad catalana de tal modo que influyen positivamente en su entorno, y por fortuna todos pueden votan el día 28 de nov.

Así que es una oportunidad para frenar el discurso xenófobo, y para vencer los agitadores del odio, y de seguir sumando en la convivencia.

Abdelhamid Beyuki
Representante en España del ECRI
Comisión Europea contra el racismo y la xenofobia)

jueves, 18 de noviembre de 2010

jueves, 11 de noviembre de 2010

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Sahara, Monarquía y legitimidad racional en Marruecos

Ampliación del artículo publicado el 02/11/2010 en "El País"

Max Weber, al formular su teoría de la legitimidad racional, es decir la legitimidad aceptada por los ciudadanos sobre la base de racionalidad de un sistema de normas, sienta también las bases teóricas del Estado de derecho.

No es otra la concepción que la constitución Española de 1978 puso en práctica en lo que respecta al Estado de Derecho, y no puede ser otra la concepción que la monarquía marroquí debe aceptar en lo que respecta al Estado, renunciando así a los orígenes divinos y modificando la legitimidad espiritual y/o religiosa.

En definitiva, únicamente podemos hablar de un estado de derecho allí donde el pueblo goza de la titularidad de la soberanía política. Con ello no niego la representatividad religiosa de los creyentes que debe asumir inequivocadamente el Rey – en el caso de Marruecos- pero dicha representatividad no debe sustituir de ningún modo la autoridad que deben ostentar los poderes ejecutivos elegidos libremente por el pueblo, único titular de la soberanía.

Alegar la particularidad de un país o una región puede favorecer una mejor aplicación de la democracia, un desarrollo propio de la misma, un modelo especifico o concreto de la democracia, pero en ningún momento puede ser excusa para evitar la aplicación de los principios fundamentales de la democracia.

Las particularidades de la realidad marroquí no pueden ser motivo para propugnar un modelo marroquí contrapuesto por completo a los de occidente, pero tampoco para proyectar mecánicamente una formula abstracta, sin prestar atención a la realidad concreta de Marruecos.

De otra parte, las particularidades de una sociedad o un estado no son siempre motivo de separación, sino pueden ser a veces motivo de aproximación. Es obvio que el modelo de estado vigente en Marruecos es el Francés , y precisamente puede ser este un motivo de discordia para la sociedad marroquí depositaria de este modelo, siendo una sociedad muy diferente de la francesa, muy diversa culturalmente y lingüísticamente, así como muy compleja y compuesta por un conjunto de identidades que constituyen el actual Marruecos. Precisamente la sociedad marroquí es mucho más parecida a la española, y esta es la particularidad –y no es la religión- la que nos aleja del modelo colonial francés, y nos sitúa en otro también occidental, pero mas contemporáneo, y más cercano.

El Rey Mohamed VI, presionado por el estancado conflicto del Sahara, ha creado a principios de este año una comisión encargada de redactar un informe consultivo sobre posible reforma del Estado y la creación de autonomías en Marruecos. La decisión real nos sitúa necesariamente ante el debate sobre la viabilidad del modelo autonómico para Marruecos, y no el que necesita Marruecos sino el que puede desactivar el conflicto del Sahara. Por consiguiente este debate nos sitúa sobre la viabilidad del modelo Español como referente. Es obvio que los términos que preocupan en Marruecos son la unidad del Estado, la soberanía y la seguridad –que en estos momentos es de un especial interés regional-.

Tanto las reformas políticas en Marruecos como el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, son objetivos respetables que gozan del apoyo de todos/as los/as demócratas españoles, y ambos son posibles si somos capaces de hacerles caber en un solo proyecto, y sinceramente creo que tanto las reformas políticas en Marruecos como la propuesta marroquí de dotar el Sahara de una autonomía con plenos poderes es una oportunidad única que tenemos el deber de aprovechar, y desde España de apoyar.

Abdelhamid Beyuki
Escritor, autor de “ La transición en Marruecos” Ediciones Vosa 2000