miércoles, 22 de septiembre de 2010

Bin Laden no puede estar más satisfecho

Gitanos e inmigrantes, estigmatizados por sus culturas o por sus creencias, cuando no directamente por su raza o religión, siguen subiendo en las cotizaciones de las bolsas del populismo, en correlación con la caída de la economía y de las otras bolsas. Algunos políticos Europeos han hecho del gitano extranjero y del inmigrante la locomotora de sus campañas electorales.

Con las encuestas en la mano y con la premisa de saber hacer política en el día a día, y atentos a las pulsiones más elementales y brutales del electorado, algunos gobiernos Europeos no dudan en lanzar los más débiles e indefensos de la sociedad a la plaza pública, y destrozarlos con la ley en la mano. Dispuestos a sacrificar los valores de Europa de los Derechos del Hombre, algunos dirigentes sin escrúpulos buscan explicaciones y argumentos para sostener lo insostenible y adornar de moralidad a la propia inmoralidad.

Las polémicas medidas del presidente francés contra gitanos rumanos e inmigrantes solo se explican con la apremiante necesidad de buscar un enemigo de gran envergadura capaz de polarizar y movilizar las decaídas sociedades occidentales. La desaprobación del Parlamento Europeo a dichas medidas no parecen suficientes para frenar al” Petit Napoleón”.

Nicolás Sarkozy busca desde hace meses lo que el llama” balizas” tajantes de su quinquenio presidencial para intentar reconquistar al electorado ultra y poder aspirar a la reelección. La derecha Española se frota la mano ante las medidas del gobierno francés contra gitanos y las de los dirigentes del Tea Party y de los políticos locales de Arizona. Mucho antes, el PP saco de la manga en la campaña electoral de 2008 el contrato de integración, mas tarde y a principios del 2010, alcaldes de derecha y nacionalistas catalanes se rebelan contra la legalidad vigente negando a los inmigrantes irregulares el Derecho de empadronamiento.

El rechazo de algunas instituciones Europeas a estas medidas y su clara ilegalidad no hace más que dar juego a los políticos populistas preocupados por ganarle más votos a los ultras. Los buenos resultados que cosecha este vergonzante uso demagogo del “Enemigo en casa” animan el nacimiento de un movimiento mucho mas peligroso, un movimiento mas de fondo que esta designando a la religión musulmana como antagonistas y peligro mayor para las guerras ideológicas. Si Al Qaeda quería una guerra religiosa contra occidente, no encontrara mejor oportunidad que esta política, que la quema del Corán y/o acusar gratuitamente al Islam de terrorista.

Ossama Bin Laden, no puede estar más satisfecho.

Abdelhamid Beyuki
Miembro del Ecri a titulo de España

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